Día Internacional de la Tierra 2021: Restauremos juntos nuestra Tierra

La conmemoración del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra otorga el reconocimiento y carácter de hogar común de la humanidad y demás seres vivos dado que sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia [1]. La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra fue designado en el año 2009 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución A/RES/63/278 [2] con el objetivo de generar conciencia social en torno a la necesidad de proteger nuestro planeta a través de medidas que conduzcan a contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras[3].

El tema para 2021 es Restaurar nuestra Tierra. El cambio climático, hace referencia a las alteraciones provocadas por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre [4]. La Ilustración 1 muestra los principales datos sobre la emergencia climática, su importancia, efectos, acciones y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados. Es momento de adoptar una postura crítica frente al interrogante ¿Estamos realmente cuidando el planeta Tierra?

Ahora más que nunca, es urgente restaurar los ecosistemas dañados. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas tiene por objetivo prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos; así, se puede ayudar a erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. Su éxito depende de la colaboración de todos [5].

[1] Organización de las Naciones Unidas, ‘Día Internacional de La Madre Tierra’, Día Internacional de La Madre Tierra, 2009, p. 1 <https://www.unep.org/es/events/un-day/dia-internacional-de-la-madre-tierra-2021>.

[2] Asamblea General (Naciones Unidas), A/RES/63/278. Día Internacional de La Madre Tierra, Resolución Aprobada Por La Asamblea General El 22 de Abril de 2009, 2009, pp. 1–2 <http://undocs.org/es/A/RES/63/278>.

[3] Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, ‘Día Internacional de La Tierra’, 2021 <https://www.minambiente.gov.co/index.php/component/content/article/2-noticias/1171-el-uso-sostenible-de-los-bosques-prioridad-de-minambiente-483> [accessed 15 April 2021].

[4] Organización de las Naciones Unidas, ‘Día Internacional de La Madre Tierra 22 de Abril’, Día Internacional de La Madre Tierra, 2021 <https://www.un.org/es/observances/earth-day>.

[5] United Nations, ‘Prevenir, Detener y Revertir La Degradación de Los Ecosistemas En Todo El Mundo’, El Decenio de Las Naciones Unidas Se Lanzará Oficialmente El Día Mundial Del Medio Ambiente, 5 de Junio de 2021, 2020 <https://www.decadeonrestoration.org/%0Ahttp://www.decadeonrestoration.org/>.

Ilustración 1. Principales datos sobre la emergencia climática. Adaptado de: Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente-PNUMA) [6].

[6] United Nations Environment Programme, Emissions Gap Report 2019, Emissions Gap Report 2019, 2019 <https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/30797/EGR2019.pdf?sequence=1&isAllowed=y>.

Principales alternativas para la restauración de nuestros ecosistemas

Siembra de árboles en el Cerro de la Popa

Bosques: Los bosques y los árboles permiten que la Tierra sea habitable, pues nos abastecen de aire y agua limpios. Al almacenar grandes cantidades de carbono y moderar el clima, constituyen una línea de defensa fundamental contra el calentamiento global. Asimismo, albergan la mayor parte de la asombrosa biodiversidad del planeta; proporcionan sombra, sensación de bienestar y un espacio donde desarrollar actividades recreativas; y respaldan los medios de subsistencia de miles de millones de personas en todo el mundo.

Restaurar este tipo de ecosistema implica devolver los árboles a las antiguas tierras forestales y mejorar el estado de los bosques degradados. Además de plantar especies autóctonas de árboles, la restauración puede incluir la conservación de plantas y animales silvestres y la protección del suelo y las fuentes de agua que forman parte del ecosistema forestal. La tierra explotada con fines agrícolas que cae en desuso es ideal para la recuperación forestal. En los bosques existentes, se pueden plantar especies autóctonas con el fin de regenerar la cubierta arbórea. En algunos casos, los árboles forestales volverán a crecer de forma natural. La restauración forestal puede asimismo implicar el cultivo de parcelas de bosque y tierras arboladas en paisajes con poblaciones y granjas de gran actividad.

Reposición de especie arbórea a la altura del semáforo del Biffi

Zonas urbanas:  ocupan menos del 1% de la superficie terrestre del planeta, pero en ellas reside más de la mitad de la población mundial. Pese al acero y cemento, las multitudes y el tráfico, las ciudades siguen siendo ecosistemas cuyo estado tiene una repercusión enorme en nuestra calidad de vida. Los ecosistemas urbanos funcionales ayudan a limpiar el aire que respiramos y el agua que consumimos, contrarrestan el efecto de isla térmica y contribuyen a nuestro bienestar al protegernos de las amenazas y darnos oportunidades de descanso y ocio. También pueden albergar una cantidad sorprendente de biodiversidad.

Para restaurar los ecosistemas urbanos, es necesario que los ciudadanos y los encargados de la adopción de decisiones se conciencien y comprometan. Los espacios verdes deben gozar de un papel preponderante en la planificación urbana. Los grupos cívicos y las autoridades municipales pueden limpiar los cursos de agua, plantar árboles y crear zonas arboladas urbanas y otros hábitats para especies silvestres en parques, escuelas y otros espacios públicos. Las aceras permeables y los humedales urbanos pueden proteger frente a las inundaciones y la contaminación. Las zonas industriales contaminadas pueden rehabilitarse y convertirse en reservas naturales urbanas y lugares para la recreación y relajación.

Recorrido por puntos críticos de la Ciénaga de la Virgen con comunidades aledañas

Océanos y costas:  Vivimos en un planeta azul; los océanos y mares ocupan más del 70% de la superficie de la Tierra. Los océanos nos proporcionan alimento, regulan nuestro clima y generan la mayor parte del oxígeno que respiramos. Constituyen la base de sectores clave de la economía —como el turismo y la pesca— y albergan una biodiversidad que incluye desde las ballenas hasta el plancton en hábitats que van desde arrecifes iluminados por el sol hasta océanos polares.

La restauración de los océanos y las costas implica reducir la presión que soportan estos ecosistemas con el objetivo de permitir su recuperación, tanto de forma natural como mediante la resiembra o el trasplante de especies clave. También implica comprender cómo hacer que tanto los ecosistemas como las comunidades sean más resilientes al cambio mundial. Por ejemplo, los gobiernos y las comunidades deben hacer de la pesca una actividad sostenible. El tratamiento de los contaminantes debe realizarse antes de su llegada al océano y los desechos sólidos como los plásticos deben evitarse por completo. Las ciudades costeras en crecimiento deberían proteger los ecosistemas costeros, no reemplazarlos. Asimismo, los arrecifes de coral, los manglares y las praderas marinas se deben someter a una gestión cuidadosa y restaurar activamente con miras a garantizar que los océanos sigan sustentando miles de millones de medios de subsistencia en todo el mundo.

 

Inspección del caño Luisa

Entornos de agua dulce:  Los ecosistemas de agua dulce proporcionan alimentos, agua y energía a miles de millones de personas, nos protegen de las sequías y las inundaciones, y ofrecen un hábitat único para muchas plantas y animales, incluida una tercera parte del total de especies de vertebrados. Estos ecosistemas van desde los manglares que protegen nuestras costas de los tsunamis y la erosión hasta los lagos y ríos interiores repletos de peces, pasando por los humedales que filtran y moderan los flujos de agua al tiempo que almacenan grandes cantidades de carbono.

La protección y la restauración de los ecosistemas de agua dulce pueden traer aparejada la mejora de la calidad del agua; por ejemplo, con el tratamiento de las aguas residuales antes de su vertido. Se deben controlar la pesca y la minería. Se pueden eliminar las presas o mejorar su diseño con el fin de restaurar la conectividad del río, mientras que la extracción de agua se puede gestionar de modo que se garanticen unos caudales mínimos. Devolver a las turberas y otros humedales el nivel natural de los caudales permite recuperar su capacidad para evitar que el carbono almacenado llegue a la atmósfera.

¿Cómo contribuye el Establecimiento Público Ambiental, EPA Cartagena?

  1. Constante Monitoreo y Control de la Calidad Ambiental de la Ciudad.
  2. Recuperación Ecosistemas Estratégicos localizados dentro del perímetro urbano de la ciudad.
  3. Plan de Educación Ambiental orientado a la información y sensibilización de la comunidad respecto a la importancia de construir un medio ambiente sano, de forma tal que se constituya en un apoyo a las actividades operativas del EPA, Cartagena.
  4. Investigación científica de ecosistemas y estudios sobre el ambiente distrital para la toma de decisiones.