Por José Zapata
Por lo menos a corto plazo, Cartagena no tendrá que preocuparse por su sistema de alcantarillado. El Emisario Submarino está diseñado para responder a las demandas de la ciudad hasta el año 2033. Este ha cumplido hasta ahora su misión de evitar que las aguas residuales lleguen a la bahía y a la Ciénaga de la Virgen.
La empresa de acueducto y alcantarillado de la ciudad reporta con satisfacción que los monitoreos que realiza a los cuerpos de agua evidencian que están cumpliendo con la misión de descontaminar la Ciénaga de la Virgen, porque ya no le llegan las aguas residuales.
De este tema y otros, hablamos con el Gestor Ambiental de Aguas de Cartagena, José Zapata, quien es biólogo marino, administrador de empresas y especialista en administración ambiental.
¿En qué porcentaje se hace la recolección de aguas residuales de la Ciudad?
—En Cartagena somos líderes a nivel nacional. Estamos muy por encima de las principales ciudades del país. Tenemos una cobertura de alcantarillado que supera el 95%, y de este total, el 100% recolectado se somete a una planta de tratamiento antes de la disposición final en el mar. Eso no lo tiene ninguna otra ciudad en el país.
¿Desde qué año no se hacen los vertimientos a la bahía de Cartagena y la Ciénaga de la Virgen?
—El alcantarillado se comenzó a gestionar desde al año 1997, y tuvo un costo de $230 millones de dólares. Se ampliaron las redes, se construyeron nuevas estaciones de bombeo, se fortalecieron las existentes, se hizo toda la infraestructura necesaria para concentrar las aguas en la estación de bombeo Paraíso. Se construyó una conducción terrestre de, aproximadamente, 20 kilómetros que lleva las aguas residuales de la Ciudad hasta una planta de tratamiento en Punta Canoa, y de ahí a un emisario submarino con 4.2 kilómetros de longitud y 2 metros de diámetro. Este último comenzó a operar en su capacidad total en el 2013.
¿Cuál es la capacidad del emisario submarino?
—El sistema de alcantarillado y tratamiento está diseñado y proyectado teniendo en cuenta el crecimiento esperado de la Ciudad, la demanda por cada servicio del usuario, los requerimientos de agua potable y la producción de agua residual. El proyecto está diseñado con capacidad hasta el 2033. Esto se somete a revisión permanente para saber si va respondiendo a lo proyectado. El sistema tiene sus mecanismos para hacer los ajustes si se requiere.
La Ciudad puede estar tranquila. Tiene sistema de alcantarillado y de tratamiento, por lo menos, para 20 años más.
¿Bajó la contaminación a la Ciénaga de la Virgen con la entrada en funcionamiento del emisario submarino?
—La puesta en marcha del emisario submarino, en conjunto con La Bocana de Marea Estabilizada, ha contribuido enormemente a la recuperación de las aguas de la Ciénaga de la Virgen. Estamos monitoreando permanentemente, al igual que EPA Cartagena y CARDIQUE. Los resultados del monitoreo evidencian que tenemos un cuerpo de agua recuperado. Si comparamos los datos de calidad de hace unos años cuando no existían estos dos proyectos, se hace evidente que ha habido una recuperación de la calidad de sus aguas en la parte física, química y microbiológica. Los olores han desaparecido, y hasta paisajísticamente comenzó a recuperar su esplendor, las especies, los peces, y la biodiversidad.
¿Permitiría contacto primario?
—Aunque el diseño de La Bocana buscaba que el agua permitiera un contacto secundario, los estudios microbiológicos que tenemos demuestran que se cumple con la calidad necesaria para el contacto primario.
Por el lado de la bahía de Cartagena, el tema es más complejo, porque es más grande. Porque el único tensor no son las aguas residuales. El principal de ellos es el Canal del Dique, también está la industria pesada de Mamonal, la actividad portuaria, caños y sedimentos, pero en lo que corresponde a Aguas de Cartagena, ya es una materia que hemos saldado. Aun así monitoreamos estos puntos y la zona se ha recuperado desde el análisis microbiológico. No hemos encontrado la presencia de contaminantes recalcitrantes como metales pesados, y sustancias de interés sanitario que puedan estar asociados al tema de aguas residuales.
El alcantarillado de Cartagena es eminentemente doméstico, la Ciudad no hace ningún tipo de vertimiento de aguas residuales a la bahía. Esa es la razón por la que en el sedimento cercano a la antigua descarga no se encuentra presencia de metales.
¿En cuanto al emisario submarino, hay total garantía de que el procedimiento no afecta a la zona de Punta Canoa?
—Hay que aclarar que el común de la gente piensa que el emisario submarino es un tubo de aguas residuales. El emisario responde a una modelación matemática, a un análisis de los impactos ambientales, a la longitud, la distancia, la profundidad, la orientación, el número de difusores, la distancia de esos difusores, los lastres.
El emisario está diseñado para recoger aguas residuales previamente tratadas. Además, el mar se encarga a través de fenómenos como la hidrosión y la dispersión, de asimilar estas aguas residuales sin impactar la calidad del agua de la zona, esto incluye a los organismos vivos de la misma.
Se mantiene un permanente monitoreo, y lo que se evidencia es que el impacto ambiental es mínimo y asociado, pero en la zona de mezcla la calidad del agua es igual a la calidad del agua del sector. Esto lo que demuestra es que el proyecto está funcionando de acuerdo a los parámetros de diseño y que no genera impactos ambientales.
¿Cómo está la Ciudad, en cuanto a cobertura de alcantarillado?
En capacidad tiene más del 95% de cobertura del alcantarillado. Siempre hay un rezago porque Mamonal no está conectado al alcantarillado sanitario, por asuntos de su actividad. El agua residual de Cartagena es netamente doméstica .Hay rezagos porque hay barrios que no están legalizados y no se les puede prestar servicio, estos representan un 2 o 3%.
Cartagena tiene una cobertura relativamente alta en alcantarillado, y a eso le sumamos que la cobertura en tratamiento es del 100%. Por ejemplo, Cali, Medellín, Bogotá, tienen sistemas de tratamiento pero no tratan sus aguas en su totalidad.
El 100% de las aguas residuales recolectadas son tratadas. Le sacamos todo el provecho al mar Caribe, que tiene una capacidad de asimilación que nos permite convertirlo en una ventaja competitiva a través de un sistema de pretratamiento. El emisario submarino puede darle una disposición adecuada a las aguas residuales, garantizando la conservación de la flora, la fauna, la calidad del agua, y también el uso de los cuerpos de agua para fines bien definidos. Sin problemas, playas como las de Punta Canoa y Manzanillo cumplen con los criterios de calidad para el contacto primario. Asimismo, cumplen con los criterios de calidad para el contacto secundario, para el tema de pesca, actividades náuticas, en fin. El proyecto es inocuo para la calidad del agua desde el punto de vista físico, químico, y sanitario.
¿Qué tan buen comportamiento tienen los cartageneros en cuanto al uso del alcantarillado?
—Todavía toca trabajar el tema de cultura ciudadana. El cartagenero promedio desconoce de los cuidados que debe tener para con el alcantarillado. Tenemos situaciones propias, como el que no existe en la Ciudad el alcantarillado pluvial, y esto hace que muchos ciudadanos cuando llueve tengan la costumbre de abrir los registros del alcantarillado para evacuar el agua, y eso hace que se filtre el sedimento, la basura, en fin, todo lo que arrastra. Eso supera la capacidad del alcantarillado, provoca taponamientos, y obstrucciones y comienza a haber rebose de aguas residuales que no están asociados con problemas de operación, sino con problemas de mal manejo del sistema como tal.
Algunas viviendas en la Ciudad, también tienen los drenajes de agua lluvia conectados al sistema de alcantarillado, no debería ser así. Esto le genera una sobre carga al sistema. En las casas y en los restaurantes muchos tienen la costumbre de verter las grasas (residuales del lavado de platos) al sistema de alcantarillado. Esto genera obstrucciones en el sistema, porque la grasa se acumula y se pone como una piedra.
En el Centro hay una situación interesante, igual que en Getsemaní. Allí hemos detectado más de 400 establecimientos dedicados a la preparación de alimentos. La densidad es altísima, muchos no tienen buenos comportamientos y no lo quieren asumir, pese a la campaña que tenemos de sensibilización para que hagan buen uso del alcantarillado.
Y nos dicen claramente: ese no es mi problema, eso lo debe manejar la empresa de alcantarillado. La ley es muy clara, el usuario es el que debe darle buen tratamiento a las aguas residuales. Todo esto genera que en el centro se tapen las tuberías y se rebosen. El alcantarillado del centro si tiene capacidad, pero si hacemos un mal uso, continuaran ocurriendo estos problemas. Independientemente del diámetro de la tubería que se tenga, si le das un mal uso se va a tapar.
¿Está preparado el alcantarillado para un aumento del nivel del mar, por efectos del cambio climático?
—Claro, la subida del nivel del mar afecta, pero la empresa ha venido trabajando para esto. Y dentro del análisis del caudal que hacemos, está calculado el tema de las infiltraciones. La conductividad de nuestras aguas residuales es más alta de lo normal. Esto quiere decir que tenemos presencia de agua salada en el alcantarillado en algunos sectores críticos como Bocagrande, Castillogrande y La Boquilla, entre otras zonas cercanas al mar, pero, para tranquilidad de todos, el alcantarillado está preparado para el caudal por infiltraciones, y eso está determinado. El tema de la conductividad no nos afecta. El alcantarillado nuestro está preparado para soportar.
¿Qué sigue en el plan de expansión de la empresa?
—La empresa ya tiene en marcha un proyecto para construir una nueva planta de tratamiento, que quedaría en el lote conocido como El Cerro, cerca de Pasacaballos. Esta abastecería a Mamonal y aumentaría la demanda de agua potable. Por supuesto que hay que pensar en la ampliación de cobertura del alcantarillado. Ya se adquirió el lote y está en trámites ambientales. A finales de este año iniciaría la construcción.
También se busca aumentar la cobertura de alcantarillado en barrios que no lo tienen y hacer las mejoras del sistema de tratamiento que están previstas, en aras de preparar el sistema para el agua que va a entrar.
¿El boom de las construcciones, qué tanto ha aumentado la conexión?
—Si han aumentado el número de viviendas, pero muchas de ellas, son segundas y terceras viviendas, que normalmente pasan desocupadas y su consumo no es tan alto. La población no ha tenido un crecimiento significativo, es gente que estaba arrendada y pasó a tener vivienda propia. Además, las campañas que ha emprendido el gobierno nacional, han ayudado a crear conciencia sobre el buen uso del agua, y el consumo per cápita por usuario ha disminuido.
La empresa ha trabajado fuerte en el ahorro del agua. Se han reducido pérdidas y estamos por encima de las principales ciudades del país. El sistema es muy eficiente, y eso nos permite atender a una población mayor.